La "reina de la cocaína" es un apodo que se atribuye comúnmente a Griselda Blanco, una narcotraficante colombiana de renombre mundial. Nació el 15 de febrero de 1943 en Cartagena, Colombia, y se convirtió en una figura prominente en el mundo del narcotráfico durante las décadas de 1970 y 1980.
Blanco comenzó su carrera criminal en los años 70 en Medellín y rápidamente se convirtió en una figura importante en el Cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar. Fue pionera en el transporte de cocaína desde Colombia hacia los Estados Unidos, utilizando una variedad de métodos creativos para ocultar la droga, como ocultarla en ropa de niños o dentro de automóviles modificados.
Griselda Blanco era conocida por ser una líder implacable y despiadada. Ordenaba asesinatos y llevaba a cabo ejecuciones como parte de sus operaciones de narcotráfico. Se dice que ordenó la muerte de al menos 200 personas, incluso algunos de sus socios más cercanos y rivales en el negocio de la droga.
En 1985, Griselda Blanco fue arrestada en los Estados Unidos y fue condenada por asociación delictuosa y tráfico de drogas. Pasó más de dos décadas en prisión antes de ser deportada a Colombia en 2004. Regresó a vivir en Medellín, donde fue asesinada el 3 de septiembre de 2012, víctima de un tiroteo en motocicleta.
Griselda Blanco dejó un legado controvertido y es recordada como una de las principales figuras en la historia del narcotráfico. Su historia ha sido retratada en libros, documentales y programas de televisión, convirtiéndola en un símbolo del poder y peligro asociados con el tráfico de drogas.
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